¿Qué es rentabilidad y cómo calcularla? (incluye ejemplos)

La rentabilidad es un índice que mide la relación entre la utilidad o ganancia obtenida o que se va a obtener, y la inversión realizada o que se va a realizar para poder obtenerla.

Conocer la rentabilidad de una inversión nos permite saber qué porcentaje del dinero o capital invertido se ha ganado o recuperado, o se va a ganar o recuperar.

En este artículo conoceremos la definición de la rentabilidad, y cómo calcularla con la ayuda de ejemplos para diferentes tipos de inversión.

La rentabilidad es un indicador que mide la relación que existe entre la ganancia de una inversión y el costo de esta.

¿Qué es la rentabilidad?

La rentabilidad es la capacidad que tiene algo para generar suficiente utilidad o ganancia; por ejemplo, se dice que una empresa es rentable cuando sus ingresos son mayores que sus gastos, y la diferencia entre estos es considerada como aceptable; o que un producto, cliente o departamento de empresa es rentable cuando generas más ingresos que costos, y existe cierta diferencia entre estos.

Sin embargo, una definición más precisa de la rentabilidad es la de un índice o indicador que mide la relación que existe entre la utilidad o ganancia obtenida o que se va a obtener, y la inversión realizada o que se va a realizar para poder obtenerla.

Siendo específicos, la rentabilidad mide qué porcentaje del dinero o capital invertido o que se va a invertir, se ha ganado o recuperado, o se va a ganar o recuperar.

Conocer la rentabilidad de una inversión que ya se ha realizado (rentabilidad obtenida) nos permite saber qué porcentaje del dinero o capital invertido se ha ganado o recuperado y, por tanto, qué tan bueno ha sido el desempeño de la inversión.

Mientras que conocer la rentabilidad de una inversión que aún no se ha realizado (rentabilidad ofrecida o esperada), nos permite saber si la inversión es rentable, y qué porcentaje del dinero o capital que se va a invertir se va a ganar o recuperar y, por tanto, qué tan atractiva es.

Asimismo, en caso de contar con varias alternativas de inversión, conocer la rentabilidad de estas nos permite compararlas, y así saber cuál de todas tuvo la mayor rentabilidad y, por tanto, el mejor desempeño, o cuál de todas ofrece la mayor rentabilidad y, por tanto, es la más atractiva.

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Se conoce como rentabilidad económica a aquella que considera la utilidad obtenida antes de deducir intereses e impuestos; y como rentabilidad financiera a aquella que considera la utilidad obtenida después de deducir intereses e impuestos.

¿Cómo calcular la rentabilidad?

Para calcular la rentabilidad de una inversión debemos dividir la utilidad o ganancia obtenida o que se va a obtener entre la inversión realizada o que se va a realizar, y al resultado multiplicarlo por 100 para expresarlo en porcentajes:

Rentabilidad = (Utilidad o Ganancia / Inversión) x 100

Por ejemplo, si invertimos US$100 y luego de un año la inversión nos generó utilidades de US$30, aplicando la fórmula de rentabilidad: (30 / 100) x 100, podemos decir que la inversión nos dio una rentabilidad de 30% (la inversión o capital tuvo un crecimiento del 30%).

O, por ejemplo, si invertimos US$100 en un activo y luego lo vendemos a US$300, aplicando la fórmula de la rentabilidad: (300 – 100 / 100) x 100, podemos decir que la inversión nos dio una rentabilidad de 200% (la inversión o capital tuvo una variación del 200%).

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Se dice que una inversión es rentable cuando su rentabilidad es positiva (mayor que cero), y que una inversión es bastante rentable, cuando su rentabilidad tiene un valor alto en comparación con la rentabilidad de otras inversiones similares.

Ejemplos de cómo calcular la rentabilidad

En esta sección te damos algunos ejemplos específicos de cómo calcular la rentabilidad de diferentes tipos de inversiones:

Ejemplo #1: la rentabilidad de una empresa

Para calcular la rentabilidad de una empresa necesitamos la inversión de la empresa y la ganancia que ha generado, la cual estará conformada por las utilidades que ha generado o, en caso de haberla vendido, por la diferencia entre el precio de venta y la inversión.

Por ejemplo, si una empresa tuvo una inversión de US$20 000, y luego de un año generó utilidades de US$2 000, su rentabilidad habrá sido de: (2000 / 20000) x 100 = 10%.

O, por ejemplo, si una empresa tuvo una inversión de US$20 000, y luego se vendió por US$30 000, su rentabilidad habrá sido de: (30000 – 20000 / 20000) x 100 = 50%.

Tal como mencionamos anteriormente la rentabilidad mide la relación que existe entre la ganancia y la inversión; sin embargo, en el caso de una empresa la rentabilidad también mide la relación que existe entre la ganancia y diversos aspectos de esta, tales como las ventas, los activos y el patrimonio.

Para calcular esta rentabilidad simplemente debemos dividir las utilidades entre el valor del aspecto que queremos analizar, y al resultado multiplicarlo por 100 para expresarlo en porcentajes.

Por ejemplo, si una empresa tuvo ventas por US$1 200 y en el mismo periodo obtuvo utilidades de US$300, aplicando la fórmula de la rentabilidad: (300 / 1200) x 100, podemos decir que la rentabilidad de la empresa con respecto a las ventas (o en función a las ventas) fue de 25% (las utilidades de la empresa representaron el 25% de las ventas).

Ejemplo #2: la rentabilidad de un proyecto de inversión

Para calcular la rentabilidad de un proyecto de inversión (por ejemplo, la creación de una nueva empresa, el lanzamiento de un nuevo producto, o la adquisición de nueva maquinaria) necesitamos la inversión y la ganancia futura, la cual estará conformada por las utilidades o ganancias proyectadas.

Por ejemplo, si un proyecto tiene una inversión de US$20 000, y las utilidades proyectadas a un año son de US$3 000, la rentabilidad ofrecida por el proyecto será de: (3000 / 20000) x 100 = 15%.

Si tuviéramos que elegir entre varios proyectos de inversión (A, B y C) cuyas rentabilidades son las siguientes:

  • Proyecto A = 6%
  • Proyecto B = 15%
  • Proyecto C = 30%

El proyecto C sería el más atractivo para invertir, aunque para decidirnos por este, además de la rentabilidad ofrecida, deberíamos tomar en cuenta otros factores tales como el riesgo que conlleva o el impacto que podría tener en los clientes.

Ejemplo #3: la rentabilidad de un inmueble

Para calcular la rentabilidad de un inmueble necesitamos la inversión del inmueble y la ganancia que ha generado, la cual estará conformada por la diferencia entre el precio de venta y la inversión (ganancia de capital) o, en caso de rentarlo, por la diferencia entre los ingresos por renta y los gastos (flujo de efectivo).

Por ejemplo, si un inmueble tuvo una inversión de US$30 000, y luego se vende a US$40 000, la rentabilidad del inmueble habrá sido de: (40000 – 30000 / 30000) x 100 = 33.3%.

O, por ejemplo, si un inmueble tuvo una inversión de US$30 000, los ingresos por renta en un año fueron de US$12 000, y los gastos en el mismo periodo de tiempo fueron de US$10 000, la rentabilidad del inmueble habrá sido de: (12000 – 10000 / 30000) x 100 = 6.7%.

En caso de que queramos calcular la rentabilidad que podríamos obtener con un inmueble, para calcular la ganancia futura podríamos tomar en cuenta la tasa de crecimiento promedio del valor de los inmuebles en la zona o, en caso de que tengamos planeado rentarlo, el flujo de efectivo promedio de los inmuebles de la zona.

Ejemplo #4: la rentabilidad de una acción

Para calcular rentabilidad de una acción necesitamos la inversión de la acción y la ganancia que ha generado, la cual estará conformada por la diferencia entre el precio de venta y el precio de compra, más los dividendos que podría haber entregado.

Por ejemplo, si se compran acciones de una empresa por un valor de US$10 000, y luego de un año las acciones suben de precio y se venden a US$12 000, pero además pagan dividendos por un valor de US$500, la rentabilidad de las acciones habrá sido de: (12000 – 10000 + 500 / 10000) x 100 = 25%.

En caso de que queramos calcular la rentabilidad que podríamos obtener con una acción, podríamos tomar en cuenta la rentabilidad que ha obtenido anteriormente, aunque a diferencia de lo que sucede en el caso de otras inversiones tales como los inmuebles, la rentabilidad de una acción es más difícil de pronosticar debido a la volatilidad del mercado de valores.

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