Renta fija y renta variable

Los conceptos de renta fija y renta variable son dos conceptos que se deben tener bien en claro si queremos aprender a invertir correctamente nuestro dinero.

Cuando se habla de renta fija y renta variable, generalmente se hace referencia a la renta que generan los activos financieros o títulos valores (acciones, bonos, letras, etc.); sin embargo, estos términos en realidad se aplican a la renta generada por cualquier tipo de inversión (incluyendo los sistemas de ahorro).

Renta fija

La renta fija se da en las inversiones en donde se conoce de antemano (o al menos en un nivel de predicción aceptable) cuáles serán los flujos de renta que generarán (los cuales no necesariamente tienen que ser constantes o regulares).

renta fija y renta variable

Ejemplo de inversiones de renta fija son los activos financieros o títulos valores tales como los bonos, las obligaciones, las letras, y los pagarés; los bienes raíces en alquiler, y los sistemas de ahorros tales como los depósitos a plazo y las cuentas de ahorro.

Por lo general, las inversiones de renta fija generan una menor rentabilidad que las inversiones de renta variable, pero presentan un menor riesgo. Generalmente, estas inversiones se realizan a largo plazo.

Renta variable

Por otro lado, la renta variable se da en las inversiones en donde no se conoce de antemano cuáles serán los flujos de renta que generarán (los cuáles incluso pueden llegar a ser negativos), pues éstos dependen de diversos factores tales como el despeño de una empresa, el comportamiento del mercado, la evolución de la economía, etc.

Ejemplo de inversiones de renta variable son las acciones, las participaciones en fondos de inversión, y los bonos y obligaciones convertibles.

Por lo general, las inversiones de renta variable generan una mayor rentabilidad que las inversiones de renta fija, pero presentan un mayor riesgo. Generalmente, estas inversiones se realizan a corto o mediano plazo.

Conclusiones

Las inversiones de renta fija presentan una baja rentabilidad y un bajo riesgo, mientras que las inversiones de renta variable presentan una alta rentabilidad y alto riesgo.

La mejor manera de reducir o manejar el riesgo es a través de la diversificación, es decir, «no poniendo todos los huevos en una misma canasta», sino más bien diversificar las inversiones.

Una forma de diversificar las inversiones es adquiriendo inversiones de renta fija e inversiones de renta variable, es decir, construyendo un portafolio que combine ambos tipo de inversiones.

La proporción de estas inversiones dependerá de los objetivos y el perfil del inversionista, por ejemplo, si se busca una mayor rentabilidad, mayor deberán ser las inversiones de renta variable; y mientras menor sea la tolerancia al riesgo, mayor deberán ser las inversiones de renta fija.

También podría interesarte