Formas de venta: ¿vender al contado, al crédito o a consignación?

Existen tres formas de vender un producto: al contado, al crédito y a consignación, veamos a continuación el concepto de cada una de ellas, y luego, algunas recomendaciones:

Venta al contado

Se da cuando se vende un producto y se cobra el total de su valor al momento mismo de la transacción.

Venta al crédito

Se da cuando se vende un producto y se acuerda cobrar una parte o el total de su valor en un plazo determinado, por ejemplo, a 30 días.

formas de ventas

Venta a consignación

Se da cuando se vende un producto a un intermediario y se cobra a medida que el intermediario vaya vendiendo el producto al consumidor final.

Una venta a consignación puede darse, por ejemplo, en el caso de que seamos una empresa productora de textiles y vendamos nuestros productos a una tienda (intermediario), la cual a su vez venderá los productos al público; a esta tienda le dejamos un pequeño surtido de nuestros productos, y luego la visitamos semanalmente cobrando sólo por los productos que ella hayan vendido al público.

Si en este caso hubiéramos vendido al crédito, por ejemplo, a 60 días, la tienda no nos pagaría hasta que se haya cumplido el plazo pactado, así haya vendido antes todos nuestros productos; en cambio con la venta a consignación, podemos ir cobrando aunque sea un producto por semana.

Qué forma de venta usar

Siempre que nos sea posible, debemos procurar vender al contado, ya que, de ese modo, podemos obtener rápidamente el dinero producto de la venta, y así poder usarlo para producir más productos o comprar mayor mercadería.

Sin embargo, en ocasiones nuestros clientes no cuentan con liquidez suficiente como para poder pagarnos inmediatamente, por lo que para poder avanzar en nuestro negocio, debemos otorgarles crédito (venderles al crédito).

Cuando hacemos uso de intermediarios para vender nuestros productos, una alternativa a las ventas al crédito, son las ventas a consignación.

Las ventas a consignación nos permiten captar más puntos de ventas para nuestros productos, ya que es más probable que los negocios intermediarios acepten nuestros productos, al no estar obligados a tener que pagarnos inmediatamente, ni tampoco al tener que comprometerse adquiriendo deudas.

Por esa misma razón las ventas a consignación pueden ser una buena opción cuando nuestro producto todavía no es conocido en el mercado, y se nos hace difícil encontrar intermediarios que quieran adquirir nuestros productos para luego ellos ofrecerlos.

Otra de las ventajas de la venta a consignación es que podemos controlar los niveles de precios, los cuales deberían ser uniformes en todos los puntos de ventas que ofrezcan nuestros productos.

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