El análisis interno de una empresa: fortalezas y debilidades

El análisis interno es el análisis de los diferentes factores o elementos que existen dentro de una empresa, tales como políticas, atención al cliente, capital de trabajo, desempeño del personal, y nivel de inventario.

El objetivo de realizar un análisis interno es el de conocer los recursos y capacidades con los que cuenta la empresa, e identificar sus principales fortalezas y debilidades; y así poder establecer objetivos en base a los recursos y capacidades, y formular estrategias que le permitan potenciar o aprovechar las fortalezas, y reducir o superar las debilidades.

En este artículo te decimos qué es el análisis interno de una empresa, y cómo hacer uno paso a paso.

En el mundo competitivo en el que vivimos, para que una empresa se mantenga competitiva es necesario que realice el análisis interno constantemente.

¿Qué es el análisis interno?

El análisis interno, también conocido como evaluación interna o auditoría interna, es un análisis en donde se identifican y evalúan los diferentes factores o elementos que puedan existir dentro de una empresa.

Realizar un análisis interno le permite a una empresa conocer los recursos y capacidades con los que cuenta, e identificar sus fortalezas y debilidades; y así establecer objetivos en base a los recursos y capacidades, y formular estrategias que le permitan potenciar o aprovechar las fortalezas, y reducir o superar las debilidades.

Las empresas suelen realizar un análisis interno junto con un análisis externo como un paso previo al establecimiento de sus objetivos y a la formulación de sus estrategias, al momento de realizar su planeación estratégica, o cuando necesitan realizar una investigación interna que les permita encontrar la solución a un problema.

Sin embargo, debido a la alta competencia que existe hoy en día, para que una empresa se mantenga competitiva es necesario que realice esta tarea constantemente.

¿Cómo hacer un análisis interno?

No existe un único proceso que las empresas sigan para realizar un análisis interno; pero por lo general, las empresas suelen seguir el siguiente:

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Además del proceso que vamos a presentar a continuación, una herramienta que las empresas también suelen utilizar para hacer un análisis interno es la cadena de valor de Porter.

1. Determinar información a recolectar

En primer lugar se determina la información que se va a recolectar sobre los diferentes factores o elementos que puedan existir dentro de la empresa, y que puedan dar una idea de los recursos y capacidades con los que cuenta, así como de sus fortalezas y debilidades.

Veamos a continuación algunos ejemplos de estos factores o elementos:

  • en el área administrativa: objetivos, estrategias, políticas, cultura, valores, estructura, planeación, organización, dirección, control, etc.
  • en el área de marketing: ventas, público objetivo, producto, precio, distribución, promoción, publicidad, servicio al cliente, lealtad del cliente, etc.
  • en el área de contabilidad y finanzas: liquidez, financiamiento, rentabilidad, capital de trabajo, activos, pasivos, patrimonio, flujo de efectivo, etc.
  • en el área de recursos humanos: contratación, capacitación, remuneración, incentivos, relaciones laborales, liderazgo, motivación, desempeño, etc.
  • en el área de producción: disposición de planta, adquisición de insumos, control de existencias, subcontratación, eficiencia de la producción, tecnología, etc.

2. Determinar fuentes de información

Una vez que se ha determinado la información que se va a recolectar, se procede a determinar las fuentes de donde se va a obtener dicha información.

Algunas fuentes de información comúnmente utilizadas para realizar un análisis interno son:

  • estados financieros (estado de resultados, balance general, flujo de caja, etc.).
  • resultados de auditorías o investigaciones realizadas previamente.
  • publicaciones internas.
  • informes o reportes.
  • trabajadores de la empresa.

3. Recolección de información

Una vez que se han determinado las fuentes de información a las que se acudirá, se procede a recolectar la información.

Por ejemplo, se procede a revisar los estados financieros, a elaborar y analizar ratios financieros, a leer los informes o reportes, a entrevistar a los trabajadores, etc.

Para la recolección de la información lo recomendable es hacer participar a los gerentes y a los principales empleados de la empresa con el fin de poder recabar la mayor cantidad de información posible, pero también con el fin de que estos puedan entender mejor el funcionamiento de sus áreas y la relación que existe entre estas y las demás, y generar compromiso en ellos (al hacerlos participar en el proceso del análisis interno).

4. Evaluación de información

Una vez que se ha recolectado la información requerida, se procede a evaluarla con el fin de conocer los recursos y las reales capacidades de la empresa, así como identificar sus principales fortalezas y debilidades.

Las fortalezas le permiten a la empresa tener un alto nivel de competitividad, mientras que las debilidades dificultan el logro de sus objetivos.

Algunos ejemplos de fortalezas y debilidades que se podrían identificar al evaluar la información recolectada son:

En el área administrativa:

Fortalezas:

  • objetivos claros y mensurables.
  • adecuada estructura organizacional.
  • buen sistema de comunicación.

Debilidades:

  • falta de planificación.
  • descripción de funciones poco clara.
  • falta de medidas de control adecuadas.

En el área de marketing:

Fortalezas:

  • imagen positiva ante los consumidores.
  • buena atención al cliente.
  • estrategias de promoción y publicidad efectivas.

Debilidades:

  • falta de investigaciones de mercado.
  • canales de distribución deficientes.
  • incapacidad para innovar.

En el área de contabilidad y finanzas:

Fortalezas:

  • suficiente capital de trabajo.
  • buen nivel de endeudamiento.
  • gerentes de finanzas capacitados y con experiencia.

Debilidades:

  • falta de liquidez.
  • poco acceso a fuentes de financiamiento.
  • rentabilidad por debajo del promedio del sector.

En el área de recursos humanos:

Fortalezas:

  • prioridad al trabajo en equipo.
  • bajo nivel de ausentismo.
  • trabajadores identificados con la empresa.

Debilidades:

  • falta de liderazgo.
  • trabajadores poco capacitados.
  • trabajadores poco motivados.

En el área de producción:

Fortalezas:

  • materia prima de buena calidad.
  • proveedores competentes.
  • buen control de inventarios.

Debilidades:

  • máquinas y equipos obsoletos.
  • instalaciones mal ubicadas.
  • dificultades para incrementar la capacidad productiva.

Para un mejor establecimiento de objetivos y una mejor formulación de estrategias, lo recomendable es hacer una lista en orden de importancia con las principales fortalezas y debilidades detectadas, ubicando la fortaleza y/o debilidad más importante en la parte superior de la lista.

En este punto también es recomendable hacer participar a otros miembros de la empresa con el fin de poder conocer mejor los recursos y capacidades de la empresa, e identificar mejor sus fortalezas y debilidades; pero también con el fin de que estos puedan conocer mejor los recursos, capacidades, fortalezas y debilidades de sus áreas, y generar compromiso en ellos.

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Una herramienta comúnmente utilizada para identificar y evaluar las fortalezas y debilidades de una empresa es el análisis FODA.

5. Establecer objetivos y formular estrategias

Finalmente, una vez que se ha evaluado la información recolectada y se ha conocido los recursos y capacidades con los que cuenta la empresa, así como identificado sus principales fortalezas y debilidades, se procede a establecer objetivos y formular estrategias.

Se establecen objetivos teniendo en cuenta los recursos y capacidades con los que cuenta la empresa, y se formulan estrategias que permitan potenciar o aprovechar las fortalezas, y reducir o superar las debilidades; pero teniendo en cuenta también los recursos y capacidades de la empresa.

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