Cómo hacer frente a la competencia

Hoy en día la excesiva competencia es uno de los principales problemas a los que debe hacer frente toda empresa.

Empresas que incluso iniciaron sus operaciones con poca competencia, al poco tiempo se ven amenazadas por la aparición de nuevos competidores (sobre todo, si empiezan a tener éxito) que harán todo lo posible por arrebatarles una parte de su mercado.

La competencia es cada vez mayor, y si las empresas no toman las medidas necesarias para hacerle frente, es muy probable que sean superadas por ésta, y que incluso lleguen a perder gran parte de su mercado.

cómo hacer frente a la competencia

Veamos a continuación algunas de las principales formas de hacer frente a la competencia:

Analizar a la competencia

Una forma de hacer frente a la competencia consiste en analizarla, lo cual implica recabar y analizar información de ésta, estar atento a lo que hagan, tratar de prever sus acciones, etc.

Para analizar a la competencia podríamos adquirir sus productos, hacer uso de sus servicios, visitar sus locales, analizar sus estrategias, entrevistar a sus antiguos trabajadores, entrevistar a sus clientes, etc.

El análisis de la competencia nos ayuda a tomar decisiones y diseñar estrategias que nos permitan competir adecuadamente con ésta; por ejemplo, si en nuestro análisis descubrimos que uno de sus puntos débiles son sus altos costos y, por tanto, su incapacidad para mantener precios bajos, podríamos optar por reducir los nuestros.

Reducir precios

Una forma común de hacer frente a la competencia consiste en bajar los precios por debajo de los precios de ésta.

Esta práctica puede ser una buena forma de competir, sin embargo, debemos tener cuidado pues implica reducir nuestro margen de ganancia y, además, es probable que la competencia también decida hacer lo mismo.

Antes de hacer uso de esta práctica, debemos asegurarnos de que seremos capaces de reducir nuestros costos sin sacrificar la calidad de nuestros productos, y que la reducción de precios sea una estrategia que la competencia difícilmente pueda imitar.

Aún así, antes que reducir nuestros precios, para hacer frente a la competencia es preferible hacer uso de otras prácticas o estrategias, tales como la búsqueda de una diferenciación, la innovación o la mejora del servicio al cliente.

Diferenciarse de la competencia

Otra forma de lidiar con la competencia es a través de la diferenciación, es decir, ofreciendo un producto o servicio que cuente con características que lo haga diferente de los demás productos o servicios de la competencia.

Pero para competir de este modo no basta con ofrecer algo diferente, sino que también debe ser algo único, novedoso, innovador, algo que sea difícilmente copiado por la competencia, algo que nos permita distinguirnos de ésta, y sea el motivo por el que los consumidores nos elijan a nosotros antes que a ella.

Por ejemplo, podríamos diferenciarnos en el diseño de nuestros productos, en la atención al cliente, en brindar un servicio extra, en la rapidez de nuestra atención, en ofrecer un trato personalizado, etc.

Innovar constantemente

Si queremos evitar que la competencia nos alcance y mantener el liderazgo, debemos innovar constantemente.

Innovar implica lanzar al mercado nuevos productos, los cuales no necesariamente tienen que ser productos totalmente nuevos, sino que pueden ser productos basados en los que ya tenemos, pero con nuevos diseños, nuevos modelos, una nueva marca, un nuevo empaque, un nuevo logotipo, etc.

O, en todo caso, pueden ser productos basados en los que ya tenemos, pero con nuevas mejoras, nuevas características, nuevas funciones, nuevas utilidades, nuevos atributos, nuevos beneficios, etc.

Asimismo, innovar también podría implicar aplicar nuevas prácticas empresariales, desarrollar procesos más eficientes, desarrollar mejoras tecnológicas, implementar nuevas formas de distribución, etc.

Mejorar el servicio al cliente

Algo que suelen descuidar las empresas es el servicio al cliente, por lo que una forma de diferenciarnos de la competencia, es ofreciendo un buen servicio al cliente.

Ofrecer un buen servicio al cliente significa brindar un trato amable, contar con un ambiente agradable, contar un local limpio, brindar una rápida atención, brindar un trato personalizado, etc.

Mejorar el servicio al cliente también podría implicar ofrecer nuevos servicios al cliente, por ejemplo, la entrega del producto a domicilio, una mayor asesoría en la compra, mayores garantías, el servicio de instalación, el servicio de mantenimiento, etc.

Aprovechar ventajas competitivas

Otra forma de hacer frente a la competencia consiste en aprovechar nuestras ventajas competitivas, es decir, aquellas ventajas que poseamos que nos permiten destacar o sobresalir ante nuestros competidores.

Podríamos tener ventajas competitivas en el diseño de nuestros productos, en nuestra marca, en nuestro servicio al cliente, en costos, en tecnología, en logística, en infraestructura, en ubicación, etc.

Por ejemplo, si una de nuestras ventajas competitivas fueran los canales de venta o distribución que tenemos, podríamos aprovechar esta ventaja utilizando dichos canales para ofrecer otros productos complementarios a los que ya ofrecemos.

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